Las convulsiones son episodios que pueden presentarse de manera inesperada y afectar a personas de cualquier edad. Se trata de una alteración en la actividad eléctrica del cerebro que, en cuestión de segundos, puede generar desde movimientos involuntarios y pérdida de conocimiento, hasta conductas o sensaciones poco habituales.

Conocer qué son y cómo actuar frente a ellas no solo ayuda a reducir riesgos, sino que también puede marcar la diferencia en la recuperación de la persona afectada.

¿Qué son las convulsiones?

De manera sencilla, una convulsión ocurre cuando el cerebro experimenta una descarga eléctrica anormal y repentina. Esto puede provocar temblores, rigidez, pérdida de conciencia, miradas fijas, confusión o incluso sonidos involuntarios. La intensidad y los síntomas dependen del tipo de convulsión y de la zona del cerebro implicada.

Causas más frecuentes

Las convulsiones pueden tener distintos orígenes:

  • Epilepsia, una enfermedad neurológica caracterizada por convulsiones recurrentes.
  • Lesiones en el cerebro, como golpes fuertes en la cabeza, tumores o infecciones.
  • Trastornos metabólicos, por desequilibrios en niveles de glucosa, sodio, calcio u otros.
  • Consumo o abstinencia de sustancias, como alcohol, drogas o ciertos medicamentos.
  • Fiebre alta, especialmente en niños pequeños (convulsiones febriles).
  • Factores genéticos o enfermedades degenerativas, que pueden predisponer a estos episodios.

Cómo actuar ante una convulsión

Presenciar una convulsión puede ser impactante, pero mantener la calma es clave. Estos son algunos pasos importantes a seguir:

  1. Proteger a la persona: despejar el espacio de objetos que puedan lastimarla y colocar algo blando bajo su cabeza.
  2. No sujetarla ni introducir objetos en su boca: esto puede generar lesiones.
  3. Aflojar prendas ajustadas, sobre todo alrededor del cuello y la cintura.
  4. Controlar la duración del episodio y observar cómo se desarrolla.
  5. Colocar en posición lateral de seguridad si respira una vez pasada la crisis.
  6. Si no respira, iniciar maniobras de RCP hasta la llegada de emergencias.
  7. Llamar al 107 o al número local de emergencias.

Respecto a la posición adecuada de una persona que está convulsionando, la literatura médica y las guías internacionales coinciden en que durante la fase activa de la convulsión no se debe intentar colocar a la persona en la posición lateral de recuperación, ya que esto puede aumentar el riesgo de lesiones, especialmente luxaciones de hombro, y dificultar la identificación de un posible paro cardíaco. 

La intervención principal durante la convulsión debe centrarse en proteger a la persona de lesiones, retirando objetos peligrosos del entorno y evitando cualquier intento de restricción física o de introducir objetos en la boca

Lo más importante

Las convulsiones pueden asustar, pero con información y una respuesta adecuada es posible cuidar la seguridad de la persona y evitar complicaciones graves.

En Fundación Desfibrilar trabajamos para difundir conocimientos en primeros auxilios y brindar herramientas que permitan a más personas estar preparadas para actuar en situaciones críticas.